La Plusvalía, literalmente “valor añadido”, es un impuesto municipal que grava la venta de una vivienda. Se calcula en base al valor catastral del inmueble (Valor Catastral) y en base al número de años que el inmueble lleva en su poder. En el apogeo de la vivienda española, el Valor Catastral tendía a ser significativamente más bajo que el valor de mercado de la vivienda. Después del estallido de la burbuja inmobiliaria española, el Valor Catastral suele ser superior al valor de mercado.
La Plusvalía es en realidad un impuesto sobre el valor del terreno en el que se encuentra la casa. El municipio dice que el valor del terreno ha aumentado, ya que a lo largo de los años se han realizado todo tipo de mejoras de infraestructura en la zona. Por ejemplo, el mantenimiento de carreteras existentes o la construcción de nuevas carreteras, la construcción y mantenimiento del alcantarillado, el alumbrado público, etc.
El importe a pagar a Plusvalia, por tanto, depende del Valor Catastral y del período en el que se haya tenido la propiedad de la vivienda: cuanto más largo sea el período, mayor será el importe del impuesto. La cantidad realmente puede sumar. Por lo tanto, es aconsejable preguntar a su corredor o abogado para saber de antemano cuánto tendrá que pagar Plusvalia. Para ello pueden visitar el ayuntamiento. En el ayuntamiento pueden calcular exactamente cuánto tienes que pagar de Plusvalia. Lo hacen utilizando el valor registrado en el registro de la propiedad. Ahora que el mercado inmobiliario se ha derrumbado, puedes consultar con el municipio para llegar al valor más bajo posible.
Al establecer el contrato se puede acordar quién paga la Plusvalía, el comprador o el vendedor. En el pasado, cuando el mercado inmobiliario español todavía estaba en auge, normalmente lo pagaba el comprador. Hoy en día, sin embargo, los papeles se invierten y el vendedor paga la Plusvalía.
La plusvalía deberá pagarse dentro de los 30 días siguientes a la venta del inmueble. Puedes pagar en el ayuntamiento. El comprador también podrá exigir que se deduzca la plusvalía del precio de venta. Esto es para evitar que el vendedor se vaya sin pagar. En este caso, el comprador tendría que pagar la Plusvalía. Para el comprador es tranquilizador saber que no pagó la Plusvalía.